Google anunció que el 20 de agosto de 2025 presentará su nueva línea Pixel 10, con versiones Pro, XL Pro y Pro Fold. Más allá de las mejoras habituales en hardware, lo que realmente destaca es la integración total con Gemini, su modelo de inteligencia artificial de última generación.
La estrategia de Google apunta a diferenciarse de Apple en el terreno donde más se juega el futuro de los dispositivos móviles: la inteligencia artificial en tiempo real. Los nuevos Pixel estarán diseñados desde cero para funcionar como asistentes personales potenciados por IA, capaces de escribir correos, organizar agendas, editar imágenes, resumir documentos o crear contenido de forma inmediata desde el propio dispositivo.
Se trata de un movimiento estratégico frente a Apple, que ha comenzado a modernizar Siri con funciones de IA, pero que aún es percibida como rezagada en comparación con la ambición de Google. Con los Pixel 10, Google busca enviar un mensaje claro: la era de los smartphones no girará solo en torno al hardware premium, sino a la inteligencia que los acompaña.
El desafío será convencer a los consumidores. La IA integrada puede ser extremadamente útil, pero también genera preocupaciones de privacidad. Apple ha construido su reputación sobre la seguridad y la protección de datos, mientras que Google aún arrastra dudas sobre el uso de información personal con fines publicitarios.
La batalla entre Pixel y iPhone deja de ser solo una competencia de cámaras y pantallas: se transforma en una carrera por liderar la era de la inteligencia artificial móvil. El que logre equilibrar utilidad, privacidad y experiencia de usuario se quedará con la confianza —y los bolsillos— de millones de consumidores en todo el mundo.
